Por Anne Harding
28 jul (Reuters) - Los resultados de los trasplantes de
hígado de donantes vivos (THDV) son tan buenos, o incluso
mejores, que los trasplantes de hígado de donante fallecido
(THDC) si se realizan en centros experimentados, según publica
un equipo en Hepatology.
El doctor David Goldberg y sus colegas de la University of
Pennsylvania, Filadelfia, hallaron que la supervivencia del
tejido a tres años era del 78,9 por ciento en los centros que
habían realizado más de THDV y del 75,5 por ciento para los
THDC.
En Estados Unidos, los THDV representan el 3 ó 4 por ciento
de los trasplantes hepáticos en adultos.
Informes recientes sobre donantes vivos muestran resultados
"excelentes", pero en estos "sólo se incluyen a 10 de los 36
centros de trasplante hepático de Estados Unidos que realizan
THDV desde el 2002".
Los autores utilizaron unos datos entre 2002-2012 sobre
receptores adultos de trasplantes hepáticos (excluidos
retrasplantes y trasplantes multiórganos).
En total, 48.777 trasplantes reunían los criterios de
inclusión: el 4,3 por ciento eran THDV y el 95,7 por ciento eran
THDC.
Los receptores de THDV tendían a ser caucásicos y a tener
enfermedad hepática colestásica, mientras que los receptores de
THDC tenían valores MELD más altos y eran más propensos a
padecer hepatitis C y ascitis moderada.
La supervivencia sin ajustar del tejido y de los pacientes
era superior con los THDV que con los THDC, pero los resultados
en los receptores de un THDV entre los primeros 15 pacientes
tratados en un centro eran similares a los de los receptores de
un THDC.
Al comparar los resultados de ciertas categorías
diagnósticadas, el equipo halló la mayor diferencia entre los
trasplantes de donantes vivos y muertos en los receptores con
enfermedad hepática colestásica o hepatitis autoinmune.
Cuando esos pacientes recibían atención en centros con
experiencia en los THDV, la razón de riesgo para la falla del
injerto era 0,76 para la enfermedad hepática colestásica y 0,56
para la enfermedad hepática autoinmune.
"Estos datos sugieren que el uso creciente de los THDV en
los centros experimentados ayudaría a unir la brecha entre la
disponibilidad y la demanda de órganos y reduciría el riesgo de
muerte en lista de espera sin comprometer los resultados del
trasplante", escriben los autores.
"Claramente, es un efecto umbral", dijo Goldberg por vía
telefónica. "En el país existe un pequeño subgrupo de centros
que realizaron 15 o más trasplantes con este tipo de
beneficios".
Treinta y seis centros realizaron por lo menos un THDV y 16
realizaron 60 o más, según precisó.
Agregó que los candidatos potenciales para un trasplante de
hígado de donante vivo son muchos y la única compatibilidad que
se exige es el tipo de sangre.
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